Queridos Presidentes, Presidentas Nacionales y Asistentes Eclesiásticos de CVX
Queridos amigos y amigas de la CVX.
Quiero simplemente saludar a todas las personas de la Comunidad de Vida Cristiana que a lo largo y ancho del mundo, animan su vida cristiana desde la espiritualidad de San Ignacio. El motivo de este saludo fraterno es mi nombramiento como Vice-Asistente Eclesiástico Mundial de CVX. Tengo la sensación de que me estoy subiendo a un tren que ya está en marcha, que estoy siguiendo una llamada a caminar con otros, a avanzar con una comunidad mundial que peregrina unida.
Puede que alguien se pregunte la misma pregunta que me hizo mi cuñado: “si tú eres el Vice, ¿quién es el Asistente?”, la respuesta es sencilla: el Padre General. Él es quien me ha dado la misión de acompañar y asistir en sus necesidades a la CVX, en un proceso de discernimiento con el Consejo Ejecutivo Mundial. Así pues, lo primero es agradecer a Dios esta misión y agradecer la cálida bienvenida que he recibido de todos ellos.
Es cierto que ya nos conocíamos de antes. Fue hace dos años, en la Asamblea General de Buenos Aires. Yo formaba parte del equipo ESDAC que facilitó la experiencia de la Asamblea. Aquellos días en Argentina en los que animamos el discernimiento, facilitamos la conversación espiritual y la oración compartida, son para mí el ejemplo de lo que deseo hacer ahora como Vice-Asistente Eclesiástico. En Buenos Aires ustedes me enseñaron que no podemos quedarnos parados como estatuas, sino que estamos llamados a compartir, a profundizar y a avanzar como cuerpo apostólico ignaciano. Y ahora en 2020, podemos sentirnos especialmente llamados a responder a los retos y el sufrimiento que la situación actual de Pandemia está dejando en nuestras familias y países.
Conozco CVX desde hace muchos años y es parte de mi familia. Vengo de una familia numerosa que fue mi primera comunidad hasta que a los 19 años entré en la Compañía de Jesús. Llevo 31 años de jesuita viviendo en distintos países y con distintas misiones en educación, pastoral juvenil, entre otros, y los últimos siete años como Socio del Presidente de los provinciales europeos.
Como saben, hay una novedad respecto a los otros jesuitas que tuvieron esta misión. Yo no vivo en Roma, sino en Manresa (España). Los dos son lugares ignacianos fundamentales: En Roma, San Ignacio fundó la Compañía de Jesús con los compañeros sacerdotes que había reunido en París. En Manresa, como laico, fue donde comenzó a escribir los Ejercicios Espirituales. Aquí llegó, vencido desde Pamplona y Loyola, convencido de que quería seguir al Señor. Aquí encontró su vulnerabilidad, desentrañó su conversión y recibió la iluminación que reflejó en toda su espiritualidad. En 2022, hace 500 años de esta experiencia de “ver todas las cosas nuevas en Cristo”. Vivir aquí, fruto del discernimiento del P. General y de mi Provincial jesuita y fruto de lo que CVX quiere para su Vice Asistente Eclesiástico mundial, es también una gran oportunidad de invitarles a todos a compartir el viaje interior de San Ignacio. Si un consejo puedo darles a todos es este: hagan Ejercicios Espirituales y den Ejercicios Espirituales.
Quiero enviar un saludo fraterno a todos mis compañeros jesuitas y a todos los asistentes eclesiásticos de la CVX. Extiendo este saludo a todos los demás miembros del Consejo Nacional, os pido vuestra bendición y oración para caminar juntos, con el Consejo Ejecutivo Mundial, para llegar a ser el cuerpo apostólico, eclesial e internacional que estamos llamados a ser como comunidad mundial.
Que Dios les bendiga, reciban un cordial saludo.
José de Pablo, SJ