Hoy 7 de septiembre hace exactamente 30 años la Asamblea Mundial de CVX, reunida en Guadalajara (México), aprobó nuestros Principios y Normas Generales. Un momento en el que el Espíritu sopló con especial intensidad porque con ellos nuestra Comunidad confirmaba y consolidaba su identidad en el mundo y en la Iglesia. Una identidad que respondiendo al llamado del Dios de Jesús de Nazaret y a la inspiración del Espíritu se formulaba en los términos en los que los redactaron las mujeres y los hombres que lideraban nuestra comunidad en aquel momento. Muchas otras personas hemos ido creciendo en nuestra búsqueda de Dios y en nuestra respuesta a la llamada y a la vocación laical ignaciana CVX teniéndolos de referencia durante estas tres décadas.
Hoy es un momento de alegría y agradecimiento por tanto bien recibido. Y de deseo de seguir escuchando al Espíritu, con la convicción de que nos sigue inspirando desde esta identidad y con la intención de expresarla, 30 años después de su formulación, con el estilo y las palabras del siglo XXI y del mundo de hoy. Siempre desde la fidelidad creativa a la que se nos ha llamado dentro y fuera de nuestra Comunidad.
